Sunday, March 30, 2003

LA GUERRA
Algunas citas que nos hacen reflexionar
• Cuando los ricos hacen la guerra, son los pobres los que mueren. Jean Paul Sartre.
• Matar a una persona por defender un ideal... no es defender un ideal: es matar a una persona.
• La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona. Voltaire.
• Las madres de los soldados muertos son jueces de la guerra. Bertolt Brecht.
• Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invocar solemnemente a Dios antes de lanzarse a exterminar a su prójimo. Voltaire.
• Se puede morir, todos los días, por una idea; pero no se puede matar nunca por esa idea.
• Un hombre, cualquier hombre, vale más que una bandera, cualquier bandera. Eduardo Chillida.
• Todas las guerras son santas, os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener el cielo de su parte. Jean Anouilh.
• La guerra es una masacre de gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero no se masacran.
• El diablo es optimista si cree que puede hacer peores a los hombres. Karl Kraus.
• La fuerza es el derecho de las bestias. Marco Tulio Cicerón.
• ¿Por qué tomas por la fuerza lo que podrías lograr por amor? Amerindio Powhatan.
• Una era construye ciudades. Una hora las destruye. Séneca.
• Ojo por ojo, y el mundo acabará ciego. Gandhi.
• Lo que desde arriba no se ve son las fronteras. Serguei Krikalev, astronauta ruso.
• El patriotismo es el huevo de donde nacen las guerras. Guy de Maupassant.
• La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa. Erasmo de Rotterdam.
• La violencia es el miedo a las ideas de los demás y la poca fe en las propias.
• La persona que no está en paz consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero.
• El hombre ha de fijar un final para la guerra. Si no, la guerra fijará un final para el hombre. John F. Kennedy.
• No hay caminos para la paz; la paz es el camino. Gandhi.
• Jamás hubo una guerra buena o una paz mala. Franklin.


La indignación
Al mirar por televisión la magnitud y devastación de los bombardeos, comentados en vivo como si se tratara de un partido de béisbol, la primera emoción que se despierta es la que acompaña a la indignación. Después de violar flagrantemente el Derecho Internacional y hacer caso omiso del mayoritario parecer del Consejo de Seguridad de la ONU, los países invasores ―hoy implícitamente beligerantes― bombardean Bagdad y otras ciudades de Irak pretendiendo sacrificarse para hacer cumplir las demandas de la ONU.
Ellos matan decenas de civiles ―incluidos niños, mujeres y ancianos― y dejan heridos civiles en mayor número con una sola bomba, y todo se arregla diciendo que fue un error, que la bomba se desvió de su trayectoria y... ¡más nada!... Pero si algunos soldados iraquíes se visten de civiles... ¡ellos invocan la Carta de Ginebra ante semejante y monstruosa violación del Derecho Internacional! Ellos no toleran que los iraquíes se justifiquen diciendo que obedecen órdenes, pero quieren que sus propios soldados obedezcan órdenes sin chistar.
Estamos asistiendo a una increíble parcialidad y manipulación de los medios de comunicación, controlada en gran parte por los países invasores, en la que sus actuaciones se presentan como verdaderas y bondadosas, mientras que las de sus víctimas se presentan como crueles y mentirosas. Mientras se dice que éstos torturan y asesinan a su propio pueblo, se afirma que aquéllos sólo ofrecen ayuda y generosamente liberan al pueblo iraquí de su inhumana dictadura; así lo dicen en los medios los voceros del Pentágono. Parece que no se dan cuenta de que los miles de bombas que han arrojado en escasos diez días constituyen una feroz agresión.
Se han matado aproximadamente 400 civiles en 10 días, es decir, un promedio de 40 civiles diarios, que se consideran como admisibles bajas de guerra (casualties of war). En promedio en el mundo mueren de hambre 24,000 personas cada día, y los países invasores no se han preocupado por formar ninguna coalición para resolver este problema. ¿De dónde les nació, de manera tan súbita, tanto amor por el pueblo iraquí? ¿Por qué todo ese amor no lastima su conciencia por los 40 civiles que en promedio matan a diario?

La conmiseración
Ante el espectáculo de color y sonido, en vivo, de esta guerra, no sabemos quiénes nos provocan mayor conmiseración, si las víctimas iraquíes o los soldados de las tropas invasoras. Las primeras quedan ensangrentadas, heridas o muertas, como sucede con las personas arrolladas por automóviles en las grandes ciudades. Los segundos son jóvenes a quienes han indoctrinado en la obediencia ciega de órdenes, sin hacerlas pasar por la consulta a sus propias conciencias.
Los soldados de las tropas invasoras son jóvenes que, sin darse plena cuenta de ello, han sido convertidos en asesinos o causantes de la infeliz vida de discapacitados, viudas y huérfanos; condición que les remorderá y los perseguirá en sueños ―y en vigilias― por el resto de sus vidas. Estos pobres jóvenes matan incluso a civiles, aunque sea por error; es decir, matan a aquellos mismos a quienes piensan llevarles la libertad y la democracia.
Aunque no todos podamos recordar los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, tan sólo por la edad, ciertamente hemos visto las románticas cintas cinematográficas que de la guerra se filmaban en aquellos tiempos. Después de verlas daban ganas de salir corriendo a alistarse en algún ejército, y también de tener el honor y la gloria de llegar al frente de batalla. Fueron necesarias las experiencias de Corea y de Vietnam, con filmaciones reales, para que ese romanticismo bélico fuera desapareciendo.
Hoy las imágenes no pueden manipularse de una manera tan burda, sino que hace falta que las manipulaciones sean técnicamente más “finas”, dentro de su inhumano y vulgar primitivismo. Los medios tienen buen cuidado de no mostrar imágenes de las ensangrentadas víctimas de las tropas invasoras; en cambio, con gusto nos muestras breves entrevistas de sus soldados.
Estos jóvenes soldados verdaderamente nos causan ternura y lástima, cargados de todos sus pesados instrumentos de guerra, en medio del polvo y cavando trincheras en el lodo, con sus caras tristes. En esos momentos ellos podrían estar en sus hogares, con sus esposas y sus hijos, o con sus novias y familiares; pero están ahí, en la guerra, en una tierra extraña y hostil, en la que son invasores odiados casi por todos; y donde se preguntan si volverán a su patria con vida, o si dejarán viudas a sus esposas y huérfanos a sus hijos.
Esos mismos jóvenes, cuando son entrevistados por los medios y se miran frente a las lentes de las cámaras, procuran sonreír y dicen que están orgullosos de cumplir con su deber patrio, cuando en realidad sólo obedecen órdenes de superiores que han iniciado una guerra de invasión contra toda Moral. Ése ha sido el juicio de todos los moralistas de nuestro mundo actual. La inmoralidad de los altos dirigentes de esta guerra es una condición humana tan pobre ―¿infrahumanidad?― que también causa conmiseración. La responsabilidad
La crueldad de Saddam Hussein no puede justificar la inmoralidad de esta guerra de invasión contra Irak. Se dijo que los bombardeos serían de precisión quirúrgica, pero luego resulta que hay errores, desviaciones de los proyectiles en su trayectoria, etcétera; y también que, aunque las bombas caigan el los lugares precisos, sus efectos destructivos alcanzan radios de centenares de metros. Es claro, por tanto, que si se arrojan en ciudades, habrá víctimas civiles con seguridad.
Se dijo que la guerra sería precisa y rápida, de unos cuantos días; y luego resultó que tendría que ser de semanas, y luego de meses; finalmente se dijo que durará todo lo que sea necesario. Entonces han comenzado las críticas y las impaciencias de políticos de importancia, quienes han hecho preguntas en entrevistas transmitidas por televisión. ¿Cuánto va a costar la guerra? ¿Cuánto va a durar?, porque está afectando a la economía. El dinero y la economía importan más que las vidas humanas; así es como termina por establecerlo el sistema capitalista.
Entonces entendemos por qué la Iglesia ha condenado al capitalismo, lo mismo que al comunismo. El derrumbe del comunismo nos ha obligado a volver la atención y la mirada crítica sobre el capitalismo, cuyos horrores hemos tenido que empezar a considerar; esta guerra es un magnífico ejemplo de ello, dada su espectacularidad, comparada con el silencio propio del hambre, la miseria y la ignorancia.
En consecuencia, los responsables de esta guerra no son sólo los dirigentes de los países invasores. Yo también soy responsable, en la medida en que fomento el capitalismo, o al menos en la medida en que no lo resisto en proporción a mis capacidades y fuerzas; y en consecuencia, querido lector, es muy probable que tú también seas responsable, y perdóname que te lo diga.
Es dato oficial que más de mil millones de personas viven con menos de un dólar al día. Una vida de 50 años es ya una vida completa, y equivale a 18,250 días, que pueden vivirse con ese mismo número de dólares: lo que cuesta un automóvil. Y en un mundo con bienes materiales y económicos limitados, lo que entra a un bolsillo... ¡sale de otro! Yo no sé de cuál, pero Dios sí lo sabe, y llegará un día en que tenga que darle cuentas muy estrechas. Un automóvil cuesta una vida humana. ¿Necesitamos todos los coches que tenemos? ¿No es pura comodidad? ¿No es craso y vulgar capitalismo? Y de modo semejante hay que pensar de nuestras otras pertenencias.

Claro que nos importa cuánto va a costar la guerra, y cuánto va a durar, porque eso va a afectar la economía, nuestra economía, y también nuestra comodidad. ¿Cómo podemos resistir al capitalismo? Viviendo austeramente: Tanto tienes... cuanto menos necesitas. Esto se aplica a todos.
Pero luego hay otras cosas que cada quien puede hacer, dependiendo de sus personales talentos y capacidades. Yo, por ejemplo, puedo y debo escribir. Al principio me pareció que este artículo iba a ser demasiado fuerte, pero luego me di cuenta de que no lo es; es lo que se necesita que yo escriba hoy. Y tú, querido lector, ¿qué puedes hacer? ¡Pues hazlo! No lo dejes en el cajón de las buenas intenciones, de ésas de las que está empedrado el Infierno.
Debe dolernos esta guerra. No podemos contemplarla indiferentes. Deben dolernos todos los muertos, y los heridos, y los huérfanos, y las viudas, y los emigrantes, y los civiles, y los militares, y los invasores, y los invadidos, y los que mandan, y los que obedecen, y también el mismísimo Saddam Hussein... ¡todos! ¿Quién sufre, que yo no me requeme?, clamaba San Pablo. Todos debemos orar, pero cada quien debe también hacer lo suyo, lo propio... ¿Acaso no habrá algún Parlamento, algunas Cámaras, algún Congreso o algunos políticos que sean capaces y a quienes corresponda frenar la locura de esta guerra?

Friday, October 11, 2002

EFICACIA DE LAS ETICAS APLICADAS

ADELA CORTINA
Catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación ÉTNOR.

Hace algún tiempo, en su Revista de Prensa, publicaba EL PAÍS el extracto de un comentario del periódico Libération, titulado 'La moral y la eficacia'. En la línea de una rancia tradición, rancia por añeja y por apolillada, contraponía el autor los dos sustantivos del título (moral y eficacia), dando a entender que son dos cosas distintas y además opuestas. La moral se identifica, al parecer, con los principios, con la actuación numantina de quienes se atienen a ellos caiga quien caiga, sean cuales fueren las consecuencias. La eficacia, por el contrario, es lo que deberían perseguir los políticos, atendiendo -si es preciso- al célebre apotegma de Groucho Marx: 'Éstos son mis principios y, si no les gustan, tengo otros'. El político debe anteponer la eficacia a la moral; las consecuencias, a los principios. El comentario se hacía en relación con la ilegalización de Batasuna, que parecía al autor adecuada según los principios y desafortunada según las consecuencias. Moralmente correcta, políticamente imprudente.

Estas contraposiciones entre la ética y la política, la honradez y la eficacia, proceden de una antiquísima tradición que hoy no puede tenerse sino por nefasta. El príncipe de Maquiavelo, la figura del político inmoral que Kant dibujaba en La paz perpetua, son, afortunadamente, personajes trasnochados, hoy en día fuera de lugar. Cualquier persona, es decir, los políticos, los medios de comunicación, los empresarios, los científicos y el resto de la ciudadanía, tiene que evaluar obviamente las consecuencias de sus decisiones, pero igual de obviamente tiene que hacerlo a la luz de principios éticos si quiere ser realmente eficaz; en el caso de la política, a la luz de los princi-pios democráticos. Para muestra bastan dos botones de entre la ingente cantidad que hoy se podrían ofrecer.

En los últimos tiempos, el Congreso de los Estados Unidos propone leyes para evitar escándalos financieros y contables como los que vienen asombrando a la opinión pública desde hace algo más de medio año. Y también en los últimos tiempos el Parlamento español promulga una Ley de Partidos. Tirios y troyanos discuten sobre la eficacia de estas leyes, y hay que hacerlo, pero existe una pregunta previa: ¿qué no se hizo antes para tener que llegar a legislar lo que resulta obvio, que las empresas deben ser transparentes y los partidos políticos condenar la violencia?

No qué no hicieron antes el Congreso de los Estados Unidos o el Parlamento español, sino, en el primer caso, qué no hicieron esas costumbres no escritas del mundo empresarial de la doble o triple contabilidad, esa convicción de que la transparencia con los accionistas, los clientes y los empleados es cosa de moralistas que no entienden de eficacia, perdidos en su mundo estúpido de principios éticos de integridad y honradez, y, en el segundo caso, qué no hicieron el silencio cómplice de tantas gentes ante los asesinatos, la justificación y la comprensión, cuando no hay causa política alguna que en un país democrático justifique la acción de arrancar a un ser humano de la tierra de los vivos, extorsionarle o violentarle.

Tal vez la eficacia de los votos sea el homólogo de la eficacia de los dineros, de la eficacia del ser bien considerado, y tantas otras eficacias miopes, de vista corta, incapaces de proyectar a plazo medio y largo, que no son ni verdadera eficacia empresarial ni verdadera eficacia política. Porque cuando se actúa sin corazón, tampoco salen las cuentas.

Esto es, en el fondo, una obviedad, pero nadie se la cree, y por eso estallan los escándalos continuamente, por eso se hace necesario legislar lo obvio al cabo de una enorme cantidad de sufrimiento injustificado. Y hay que hacerlo, sin duda. Pero sobre todo hay que reforzar la prevención de cara al futuro para secar las fuentes del sufrimiento evitable en cada uno de los ámbitos en que se produce. En esta línea de las soluciones de largo alcance caminan lo que ha venido a llamarse 'éticas aplicadas', que surgieron en el último tercio del siglo XX.

Qué significa la expresión 'ética aplicada' es tema que discuten los expertos, asegurando en ocasiones que la ética siempre ha tenido una dimensión aplicada y, por lo tanto, que la bioética, la genética, la ética económica y empresarial, la ética informática, la de los medios, la ecoética, las diversas ramas de la ética profesional (ingeniería, arquitectura, abogacía, psicología, docencia, etc.) y toda una amplia gama de reflexiones éticas acerca de fenómenos centrales en la vida humana, como el deporte o el consumo, no hacen sino descubrir el Mediterráneo, cuando lleva tanto tiempo descubierto. Sin embargo, creo que se equivocan, porque las éticas aplicadas suponen una auténtica novedad, una auténtica revolución, especialmente fecunda para el tema que nos ocupa de buscar la eficacia a medio y largo plazo. Precisamente porque su tarea esencial consiste en intentar hacer antes de que llegue la sangre al río, en intentar forjar desde orientaciones éticas el carácter de las distintas dimensiones de la vida pública, que es la mejor garantía de futuro.

La clave de su éxito consiste -creo yo- en que se compone de cuatro elementos inéditos.

En principio, no nacen sólo de la curiosidad de los éticos, sino que es la realidad social la que lleva la iniciativa, la que insta, no sólo a los éticos, sino también a gobiernos, expertos y ciudadanos, a buscar respuestas. Los gobiernos, primero en Estados Unidos, más tarde en Europa y en otros lugares, se han visto urgidos a formar comisiones de ética sobre el uso de las tecnologías, especialmente las biotecnologías, la práctica sanitaria, el gobierno de las empresas, el comportamiento de los políticos o el funcionamiento de la Administración pública. Una realidad que cambia de forma acelerada no puede esperar a que se lleven a término los largos procesos jurídicos, necesita asesoramiento ético. Por su parte, los expertos de los diferentes ámbitos se encuentran ante problemas para los que no existen respuestas automáticas y a menudo son profesionales vocacionados que desean revitali-zar su actividad profesional. Por último, pero no en último lugar, los ciudadanos, cada vez más conscientes de sus derechos, exigen que se les respeten en los distintos campos, pero también en ocasiones se percatan de que es preciso asumir responsabilidades y participar directamente, bien en las distintas esferas, como 'legos' en la materia, pero como protagonistas en tanto que afectados, bien a través de la opinión pública.

Las éticas aplicadas -y ésta es su segunda 'ventaja competi-tiva'- no las elaboran sólo académicos en sus despachos y congresos, sino que es un trabajo interdisciplinar, en el que colaboran expertos, éticos y afectados, trabajando codo a codo en comités y comisiones, más que en seminarios cerrados.

Sus resultados no se recogen solamente en sesudos libros para disfrute de universitarios, sino también en documentos públicos, en forma de informes, declaraciones, códigos u orientaciones (guide lines), que tienen fuerza normativa en la vida pública.

Y, por último, quienes trabajan en las éticas aplicadas no lo hacen sólo, ni siquiera principalmente, en los departamentos universitarios, sino en instituciones y organizaciones, políticas o cívicas, situadas en el nivel local, estatal, transnacional o global. En este sentido, iniciativas internacionales han ido alumbrando declaraciones y códigos éticos mundiales, como el código de Núremberg de 1946, referido a la experimentación con humanos; la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, pronunciada por vez primera en 1964, o códigos globales de ética empresarial, como la Declaración Interconfesional (1993), los Principios de la Caux Round Table (1994) o el Global Compact de las Naciones Unidas (1999), amén de los referidos al medio ambiente, como la Carta de la Tierra.

A comienzos del tercer milenio, las éticas aplicadas constituyen una forma de saber y actuar indeclinable, precisamente porque no han nacido a requerimiento de una sola instancia, sino a demanda de la realidad social, de ciudadanos, políticos, expertos y éticos, y forman parte de esa misma realidad social, se han incorporado a ella de forma institucional tanto en los Estados nacionales como en las comunidades transnacionales y en el orden global. El sueño hegeliano de incorporar la moral a las instituciones se va cumpliendo, al menos verbalmente.





LA DULCE LEVEDAD DE LOS CONTENEDORES

AUTOR: JORGE CONTI



El gobernador bonaerense, Felipe Solá, en un ataque de inteligencia, fue sorprendido por una idea: comprar contenedores para alojar presos. En defensa de ese instante de revelación, dijo que son "más sanos y humanitarios" que las comisarías y garantizó que "no se va a poner a los presos en una especie de gran balde, porque el contenedor es una construcción que se ha usado mucho en maniobras del ejército y es infinitamente más sana y humanitaria que la situación terrible que tenemos en las cárceles por el hacinamiento". Enseguida buscó apoyo en una experiencia del padre Julio Grassi: "Tengo entendido”, dijo, “que la fundación ‘Felices los Niños’ ha utilizado contenedores y se le podría preguntar cómo le fue ". Los contenedores albergarán a entre 1000 y 1500 presos y se instalarán en predios alrededor de las cárceles.


La casualidad permanente

Las ideas deformes se multiplican en hijitos deformes. Cuando Carlos Menem tuvo la idea de embarcarnos en la llamada “economía social de mercado”, los dirigentes sindicales aceptaron alegremente la pérdida de los derechos laborales, comenzó la destrucción del Pami, desaparecieron los ferrocarriles sin que el estado dejara de perder lo mismo que perdía con ellos, se quintuplicó la deuda externa, millones de hectáreas de territorio nacional fueron compradas por corporaciones extranjeras, Atucha y El Chocón empezaron a dar pérdidas, el Malbrán y el Garraham iniciaron su proceso de extinción, explotaron la embajada de Israel y la Amia, el narcotráfico desembarcó para quedarse, empezaron la “Aduana paralela” y la mafia del oro, las valijas de Amira iban y venían, los profesionales se hicieron taxistas o emigraron, les vendimos armas a Ecuador que estaba en guerra con Perú, rematamos el patrimonio nacional, nos quedamos sin salud, seguridad y educación, volvimos al trueque, se recortó el sueldo de los trabajadores estatales y de los jubilados y María Julia se fotografió como la Venus de las pieles mientras se incendiaban los bosques del sur.
Cada uno de estos acontecimientos tuvo su origen en ideas que parecieron hijas del “sentido común”, pero que era en realidad el sentido derivado de aquella idea original. Los hechos se producen en series y a los hechos que se sucedieron dentro de esa serie Menem les dio un nombre: los llamó “casualidad permanente”.


Una digresión

John Kenneth Galbraight, escribió en “La sociedad opulenta” que un ejemplo de lo que pueden hacer las circunstancias en el llamado “sentido común” es una de las supersticiones del liberalismo ortodoxo: el presupuesto equilibrado en épocas de depresión.
La norma que exigía un presupuesto equilibrado fue concebida para gobiernos irresponsables respecto del gasto, pero cuando los gobiernos empezaron a ver las consecuencias fiscales de sus actividades, no siempre la obediencia ciega al ajuste del gasto fue conveniente. Por ejemplo, ante una depresión devastadora.
Cuando un fenómeno como ése provoca desocupación masiva, paralización de las fábricas y caída a pique del consumo, el gasto del Estado puede producir algo de inflación pero las fábricas se ponen en marcha, los hombres vuelven a trabajar y el consumo crece nuevamente. Sin embargo, el “sentido común” insiste en subrayar la necesidad de medidas de ajuste y equilibrar el presupuesto.
Esto es lo que ocurrió durante la presidencia de Herbert Hoover en los Estados Unidos y la consecuencia fue el acontecimiento destructor de la Gran Depresión del ’29. Los pequeños y medianos productores perdieron sus tierras a manos de los bancos, las industrias bajaron las persianas, millones de desocupados hacían cola delante de las ollas populares y la delincuencia estalló bajo la forma de asaltos a bancos, robos a mano armada en casas de comercio y tráfico de armas. Clyde Barrow, pareja de Bonnie Parker -los famosos “Bonnie and Clyde”- era hijo de un “farmer” que había perdido su campo por una ejecución bancaria.



Esa delincuencia, en la que se mezclaban los delincuentes comunes con los delincuentes famélicos, se organizó luego en bandas y nacieron los “gangsters” que hicieron su agosto durante la ley seca, dando lugar a los grandes “capomafia” como Johnny Torrio, Lucky Luciano y Al Capone.
Preso en la “serie” de hechos originados por el “sentido común” del equilibro presupuestario, Herbert Hoover tuvo una idea: construir más cárceles. No se le ocurrió terminar con el ajuste, construir más fábricas y dar empleo. Tuvo que llegar Franklin D. Roosvelt, quien rompió con el “sentido común” ortodoxo, interrumpió la serie de hechos que profundizaban la depresión, metió plata en el mercado, reabrió las fábricas, dio empleo, la gente empezó a consumir y la delincuencia bajó a sus niveles históricos.
Naturalmente, las corporaciones mafiosas siguieron y, como todos sabemos, el capitalismo se fortaleció legitimando (aquí decimos “lavando”) el dinero que los “capos” producían. Pero ésa es otra historia.
Lo que sí se puede decir es que, como afirma John Kenneth Galbraight, “desde entonces la insistencia convencional sobre un presupuesto equilibrado en toda circunstancia y en todo nivel de actividad económica se encontró en retirada”.
Hasta la década de los ’70, cuando Margareth Thatcher y Ronald Reagan reinstalaron el fundamentalismo de mercado para todos los países menos para los de ellos. Pero cuando Galbraight escribió “La sociedad opulenta” no podía saberlo.


La dulce levedad de los contenedores

Sin duda, las innumerables víctimas de la violencia callejera, de los “secuestros exprés”, de los asaltos seguidos de homicidio y de los operativos comando contra comercios y bancos, se preguntarán con indignación por qué causa me preocupo por la suerte de los delincuentes hacinados en las comisarías y ahora destinados a ser encerrados en contenedores.
Es que, como lo demuestran la historia y las estadísticas, gran parte de esos delincuentes no existirían sino fuera porque existieron la dictadura militar y los gobiernos de Menem y De La Rúa que instalaron y mantuvieron este modelo económico. Son parte de la serie o, para decirlo con lenguaje contemporáneo, de la lógica del modelo.
Preso de esa lógica como Herbert Hoover, Felipe Solá no piensa en construir fábricas y escuelas: “dejaremos de gastar en otra cosa, porque hace a la seguridad, nosotros a mediano plazo tenemos cárceles, estamos hablando de utilizar estos contenedores a corto plazo,”. A mediano plazo. Ése es el magnífico futuro que nos planifican nuestros estadistas.
Y agregó “los invito a que vengan a convivir con 7.900 presos en comisarías y que vean cómo la gente está perdiendo seguridad cada día más porque la Policía tiene que cuidar presos y no sale a la calle". A la seguridad no la perdimos a causa de la deserción del Estado y a la institucionalización de la corrupción: la perdimos porque los policías tienen que quedarse en las comisarías cuidando presos, más allá de que no hace veinticuatro horas se comprobó que muchos presos pagan para salir a robar. Nuevamente la lógica del sistema.
Pero respecto de esos dulces y humanitarios contenedores, ¿cuántos se necesitarán para albergar a los 7.900 presos?. ¿Cuántos presos cabrán por contenedor, habida cuenta de que habrá que instalar, supongo yo, cuchetas y armarios?. ¿Y los baños?. ¿habrá uno en cada contenedor o estarán afuera?. Si es afuera, ¿dónde, ya que por lo que sabemos los contenedores se ubicarán “en los alrededores de las cárceles”?. ¿Cuánto tiempo pasarán por día los internos dentro de los contenedores?. El tiempo que les permitan salir ¿dónde lo pasarán?. ¿Qué quiere decir “los alrededores de las cárceles”?. ¿La vía pública?. Entonces, ¿quién los vigilará, si es que los policías estarán “cuidando nuestra seguridad”?. Y ya que el problema del hacinamiento en cárceles y comisarías es nacional ¿se poblará el país con contenedores “más sanos y humanitarios”?. ¿Crecerá la importación de contenedores?.
Adam Smith, fundador del liberalismo a quien nuestros liberales no han leído, escribió: “carecemos de leyes contra las confabulaciones para bajar el salario, pero poseemos muchas contra las confabulaciones para aumentarlo”. Las cosas siguen así.







































ENTRE ESCRIVA DE BALAGUER Y EL CHE GUEVARA

AUTOR: Carlos del Frade


Su designación se dio en la misma semana que el Vaticano convirtió en santo al fundador del Opus Dei, Escrivá de Balaguer, calificado como “el santo fascista” por el historiador Emilio Corbiere. En Santa Fe y Rosario, mientras tanto, caracterizados católicos saludaron el ascenso del principal justificador del franquismo en una clara señal que la Iglesia preconciliar seguirá gozando de buena salud aunque Edgardo Storni ya no esté. Como contrapartida de los movimientos de élite y ante la desidia del gobierno de Carlos Reutemann, más de un cuarto de millón de santafesinos votaron a favor de la rescisión del contrato con Aguas Provinciales de Santa Fe, la empresa que se quedó con la primera privatización realizada en la también primera gestión del ex corredor de Fórmula 1. Una de las principales referentes, es hija de un desaparecido que abrazó los ideales del Ernesto Che Guevara, a 35 años de su muerte en Bolivia. Santa Fe, entre Escrivá de Balaguer y el Che Guevara, es el escenario de la permanente disputa entre minorías privilegiadas y mayorías que comienzan a encontrar nuevos caminos políticos, ante la ausencia de un gobernador que lo único que sale a decir es no.

El sucesor

-El Santo Padre le pide a usted este servicio eclesiástico. Vaya a Santa Fe. Es el hombre indicado para crear calma, para acompañar a esa gente, hasta que la Santa Sede decida -fueron las palabras que le dijo Santos Abril y Castelló, el representante del Papa, Juan Pablo II, en la Argentina al esperancino Moisés Julio Blanchoud.
Nacido el 4 de setiembre de 1923, fue ordenado sacerdote el 14 de diciembre de 1947 y luego elegido obispo titular de Belali y auxiliar de Río Cuarto el 13 de febrero de 1960.
El 24 de abril de aquel año recibió la ordenación episcopal y dos años después, el 6 de setiembre de 1962, fue trasladado como obispo diocesano de Río Cuarto.
Llegó a ser arzobispo de Salta desde el 7 de enero de 1984 y es miembro de la Comisión Episcopal para los Religiosos; de la Comisión Episcopal de Liturgia y delegado episcopal para la Pastoral de los Santuarios.
Esta historia oficial de Blanchoud implica la presencia durante su obispado en Río Cuarto del titular de la Provincia Eclesiástica de Córdoba, el ex arzobispo de la capital mediterránea y luego cardenal, Raúl Francisco Primatesta.
La influencia de Primatesta ocupa gran parte de esas tres décadas que van desde los años sesenta a fines de los noventa, desde el Cordobazo hasta la dictadura, con su silencio cómplice ante la desesperada carta que le enviara Zazpe para proteger a Angelelli y que terminó con el asesinato del riojano; y con su participación en la designación de monseñor Storni como sucesor del rafaelino.
Como arzobispo de Salta debió enfrentar la dolorosa privatización de YPF y las distintas represiones contra los obreros del lugar, jugando un rol de muy bajo perfil que no se caracterizó por la condena del modelo que se instaló en la provincia a partir de los años noventa.
“Yo creo que monseñor Storni estará sufriendo muchísimo. Primero: por sentirse rechazado por la comunidad. Uno analiza las circunstancias, yo no hago culpas a nadie de esto, pero veo la realidad. El primer sufrimiento de Storni debe ser sentirse rechazado. Segundo: estará sufriendo muchísimo para ver cómo prepara sus argumentos, si se puso a disposición de la justicia, tendrá que preparar lo que dirá cuando la justicia lo indague. Y tercero: me hago cargo, pienso sino le pasará un poquito como a monseñor Esorto que de golpe, dejó de ser una primera figura, relevante, porque no se puede negar que era un hombre de muchas condiciones intelectuales, de condiciones personales también”, le dijo Blanchoud a Juan Carlos Tizziani en la entrevista publicada en Rosario/12 el último domingo.
También comentó que “la Iglesia tiene que asumir y reparar los pecados de sus hijos, lo dijo el Papa y él dio el ejemplo, él pidió perdón a medio mundo. El episcopado argentino también. Lo único que puede denigrar a una persona es equivocarse y perseverar en el error. Pero si yo me equivoqué, reconozco el error y pido disculpas, me dignifico de nuevo. Errar es humano”, dijo el nuevo administrador diocesano del arzobispado santafesino.
En estas palabras, Blanchoud se mostró conforme con la llamada autocrítica de la Iglesia argentina realizada entre 1995 y 1996 sobre sus silencios durante el terrorismo de estado, una posición que ni siquiera fue compartida por la mayoría de los sacerdotes ni tampoco por grandes sectores de la sociedad argentina. Aquí es donde el esperancino se muestra como un fiel continuador de la línea de Primatesta, uno de los principales justificadores de las actitudes del pasado y del difuso pedido perdón de la segunda mitad de los años noventa.
Al definir la situación de la iglesia santafesina, Blanchoud señaló que existe “la sensación de alivio y de alegría” por la presentación de la renuncia de parte de monseñor Storni. Se entusiasmó al decir que “la gente ya no ve una lucecita en el horizonte, sino una lámpara encendida”. Un marcado optimismo que debe ser proporcional al objetivo político con el que asumió su administración. Porque si la renuncia de Storni basta para lograr la calma en la feligresía santafesina, eso quiere decir que muy pocos piensan en investigar las relaciones económicas, políticas y judiciales en los últimos veinticinco años a través del arzobispado santafesino.
Blanchoud es consciente de un dato histórico y político nada menor: desde 1897 al presente, fecha de la creación de la diócesis santafesina, solamente hubo cuatro obispos, Boneo, Fasolino, Zazpe y Storni. Una estadística que denuncia el carácter conservador de una sociedad a lo largo del tiempo de mayores transformaciones en el seno de la propia Iglesia.
A principios de esta semana, Blanchoud dio otro ejemplo sobre su línea pastoral al declarar que “la Iglesia se opone a toda actividad o toda actitud que atente contra el derecho sagrado a la vida y en esto caen el aborto y las prácticas anticonceptivas porque agreden a la persona”, en directa relación al debate en torno a la ley de salud reproductiva. Esta posición es coincidente con la de Storni y de muchos obispos argentinos.



San Escrivá y la alegría santafesina
Las páginas de El Litoral expresaron la alegría de numerosos fieles santafesinos por la canonización de Escrivá de Balaguer como el nuevo santo número 465 impuesto por el pontificado de Juan Pablo II.
La proclamación reunió a casi doscientas mil personas en la plaza San Pedro en Roma entre las que se destacaron dos mil argentinos, de acuerdo a las crónicas periodísticas.
El fundador de la llamada prelatura personal del Opus Dei fue el principal justificador de la dictadura de Francisco Franco en España y el impulsor de una concepción de iglesia vinculada a los sectores de poder en todos los países del mundo.
“En realidad se trata del primer santo fascista en la historia del planeta”, destacó el historiador Emilio Corbiere en diálogo con esta revista y autor de uno de los principales ensayos sobre el Opus.
“La gente del Opus estuvo en la dictadura de Onganía, apoyó el golpe en Chile, la oposición contra Chávez en Venezuela, el gobierno autocrático de Fujimori en Perú y se ha expandido en la Argentina durante los años del menemismo. Se trata de la Iglesia de los crucificadores”, enfatizó Corbiere.
También informó que “los negocios del Opus están en todo el mundo y son realizados a través de 5.600 sociedades anónimas que atienden esos dineros. Ellos se ocupan de denostar a la teología de la liberación y cualquier otro intento de hacer una iglesia más cercana a las necesidades humanas”, agregó Corbiere.
Pero no solamente hubo celebraciones en la ciudad capital de la provincia con el nuevo santo ungido por Juan Pablo II, sino también en Rosario, en donde el propio arzobispo, Eduardo Vicente Mirás, varias veces participó las misas a favor del creador de la obra.
En realidad, la provincia de Santa Fe forma parte de la historia del Opus en la Argentina, porque el primer arzobispo rosarino y luego cardenal, Antonio Caggiano, introdujo la prelatura en la Argentina.
Caggiano fue el que firmó junto a Juan Carlos Onganía el libro de la presidencia de la Nación cuando se produjo el golpe del 28 de junio de 1966 contra el gobierno de Arturo Illia, en una clara demostración del rol político que jugaría la jerarquía eclesiástica con aquella dictadura.
Eran los mismos tiempos en que Moisés Blanchoud se estrenaba como obispo en Río Cuarto, bajo la tutela de Primatesta.
La santidad de Escrivá de Balaguer, celebrada desde las páginas de los principales diarios de la provincia, remarca el carácter regresivo de la política del Vaticano y la distancia que tomó hace tiempo del compromiso asumido por hombres como Zazpe, Ponce de León, Angelelli y otros que hoy ya no están.
De allí que la herencia de Storni no correrá mayores riesgos, por lo menos, en lo inmediato.


Las aguas y el Che
La Asamblea Provincial por el Derecho al Agua le ganó a los grandes medios de comunicación que subordinaron la convocatoria al plebiscito en el que se pedía la rescisión del contrato con Aguas Provinciales de Santa Fe.
Votaron más de 252 mil personas en las quince ciudades en donde la empresa francesa explota el servicio de agua potable y sistemas de cloacas.

Una demostración de nuevas formas de construcción política y que difícilmente podrá ser ignorada por la administración de Carlos Reutemann.
Una de las principales impulsoras de la consultas es la abogada santafesina Lucila Puyol, hija de un militante revolucionario del Ejército Revolucionario del Pueblo, hoy desaparecido.

A 35 años de la muerte de Ernesto Guevara en la selva boliviana, la masiva respuesta del pueblo santafesino también implica un reconocimiento a los que siguen luchando en pos de una sociedad mejor.
La historia de la hija de un consecuente seguidor del Che es un símbolo de la continuidad de esos anhelos.
Stella Marys Garastegui y Norberto Victoriano Puyol se enamoraron en Santa Fe cuando la década del sesenta empezaba a hacerse profunda en sueños y compromiso, cuando la revolución ya no era solamente una palabra. Estuvieron nueve años de novios y tuvieron tres hijas, Lucila, Patricia y Manuela. En 1966 se fueron a La Plata. Norberto estudiaba arquitectura y los dos militaron, desde casi el inicio, en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Fue cuadro de honor pero igual lo echaron por su afiliación.
En 1970 volvieron a Santa Fe hasta que en 1971, Norberto fue detenido.
“Han transcurrido varios meses y no se cuántos más pasarán, pero todos los días pienso en ustedes y los siento cerca de mí. En todo este tiempo he sufrido calamidades e injusticias como esta de estar encerrado, pero siempre tuve buenos momentos en que los recordaba a ustedes. De todos modos, lo que más me preocupa es que comprendan que esta constante lucha que estamos llevando adelante miles de jóvenes argentinos, acabará algún día, entonces disfrutaremos de la PAZ. Eso es lo que trataré de hacer en esta carta. Yo soy perfectamente consciente y respeto muchísimo todo el esfuerzo hecho por ustedes dos para que a nosotros, vuestros hijos, desde que nacimos no nos faltara nada. Pero también he comprendido que los que estamos aquí, luchamos para que todos los niños puedan tener lo que nosotros tuvimos ya que pensamos que no es un problema de dedicación mayor o menor de los padres, sino de las posibilidades y oportunidades que estos tengan. No olviden nunca la pobreza y la injusticia que existe en nuestra patria. Todavía falta mucho que luchar para conseguir eso, pero lo conseguiremos. Se que Lucila, Patricia y Manuela necesitan mucho de su padre y yo no puedo desde aquí ayudarlas. Siento mucho esto, pero si todos los padres estuvieran preocupados por sus hijos solamente, no se podrían dedicar a la lucha. Deben comprender que los padres precisan luchar también por otros niños. Y esta lucha es para la felicidad de todos los niños. No quiero que ustedes me consideren un héroe romántico, pero si como un revolucionario, igual que todos los demás compañeros que están cumpliendo sus deberes ante la historia”, escribió Norberto Puyol, el 28 de noviembre de 1971, desde su prisión en Villa Devoto.
-A mi papá lo detuvieron, le armaron una causa. El dijo que fue a buscar un auto que no sabía que era robado. Habían robado un camión de leche y lo repartieron en el barrio. Después fue a buscar ese auto que estaba marcado y lo detuvieron. Lo llevaron a Coronda donde lo golpearon mucho -contó Lucila que había nacido en febrero de 1967.
El padre de Norberto, su abuelo, fue concejal de la Unión Cívica Radical Intransigente y frecuentaba uno de los bares tradicionales de Santa Fe, “La Modelo”, en el que se reunía con sus amigos estableciendo una comunicación que raramente tenía con su hijo. Para su cosmovisión, la detención de Norberto fue algo muy fuerte. Ni siquiera le quiso contar a su esposa en qué estado lo había encontrado cuando lo visitó en Coronda. Las nietas heredaron las medallas de oro que le entregaron en sus tiempos de concejal.
El circuito de la detención siguió en Resistencia, en el Chaco. Stella militaba, por aquellos años, en una organización que no era el PRT. Le costó salir del partido porque valoraba la actitud de Roberto Santucho que había reivindicado la incorporación de la mujer en la lucha revolucionaria.
-Ella decía que antes de eso, la compañera criaba a los hijos de la revolución y entonces se tenía que quedar en la casa. Tuvo agarradas fuertes con mi papá por ese tema. Una vez en La Plata le dijo: “Me vuelvo con Patricia a Santa Fe y vos que podés ser padre, millitante, estudiante y qué se yo cuántas cosas más, te quedás con Lucila”. Y así fue. Me dejaron con mi papá y mi mamá se fue. A los dos meses volvió a buscarla porque no podía con todo. Es que mi mamá tenía otra visión en algunas cosas, a pesar de que era militante. Si era un día de sol en invierno, ella decía: “Mirá qué lindo día, por qué no vamos a la plaza a llevarlas a las nenas” y mi papá contestaba: “No. No puedo, ya vamos a tener tiempo”.
A los tres días que Stella estaba radicada en el Chaco, Norberto fue llevado al penal de Rawson. Sola y con las nenas, trabajaba, juntaba plata y le mandaba una encomienda mensual a su compañero preso en el sur. Lucila recuerda haberlo visto a los cinco años hasta que en mayo de 1973, llegó la amnistía del gobierno de Héctor Cámpora. Los presos políticos debieron tomar el penal de Rawson para garantizar la libertad. Y los rehenes son las propias familias. Entre ellas, Stella y Manuela, la más chiquita, que tenía ocho meses cuando Norberto fue detenido. No conocía a ese señor cuando salió a los dos años y medio.
-Mi hermana Patricia, cuando salió mi papá, lo contó en la escuela. Yo casi la mato. Me llamaron a mi que estaba en primer grado y me preguntaron de dónde había venido mi papá. Entonces mi mamá me cuenta que yo contesté re mala: “Mi papá sale de la cárcel porque estaba preso por luchar por los pobres”.

Vivieron un tiempo en Buenos Aires hasta que en 1974 pasaron a la clandestinidad.
En 1975, Stella fue capturada.
Manuela estaba con ella. Por aquellos días, Stella y Norberto estaban levantando la casa por razones de seguridad. Lucila y Patricia vivían con los abuelos en Santa Fe.
-Mi mamá está con todos los compañeros saltando el tapial cuando se acuerda de Manuela y vuelve a buscarla. Ella dice que venía Manuela caminando, en camiseta y bombachita, y los milicos entrando y matan delante de ellas a uno de los compañeros. Manuela dice que todo el tiempo escuchaban que en la pieza de al lado estaban torturando a otro, que lo golpearon hasta matar. Al día siguiente vienen a buscarla a Manuela. Mi mamá quedó toda arañada porque no se la podían desprender. La llevaron a la casa cuna.
La hermana de Stella recibió, entonces, un telegrama anónimo diciendo que la chiquita de apenas cuatro años estaba en la casa cuna. Viaja a Buenos Aires a buscar a su hermana y le negaron la detención. Comienza la búsqueda de Manuela. Un militar le dice que si sigue con su insistencia ella terminaría presa. Cuando por tercera vez apareció en la casa cuna, la vio. A la semana la rescataron. En la actualidad, Manuela prefiere no hablar de aquellos días.
“...Ustedes saben que la casa donde vivamos nosotros deberá ser una casa muy segura, cosa que nos ha costado bastante conseguir. Y ahora después de lo que le ha pasado a mamá es más problemático. Esto no quiere decir que sea imposible, pero me llevará un tiempito conseguirla. Ese tiempo será el que ustedes estarán con los abuelos y los tíos...Por qué está presa mamá y qué significa para nosotros los revolucionarios esta preso, es lo más importante que quiero charlar con ustedes. Ustedes son las hijas de dos revolucionarios, las hijas de dos personas que han puesto su vida al servicio de una causa justa. Esto lo tienen que tratar de comprender y sentirse orgullosas de ello....Desde hace muchos años nuestro país sufre mucho...unos tienen mucho, otros tienen poco...cuando mamá y yo éramos chicos no nos dábamos cuenta que eso ocurría. Cuando éramos chicos como ustedes, nadie nos explicó qué era la injusticia. Creíamos que todo era muy lindo, pero cuando crecimos, cuando fuimos más grandes, nos dimos cuenta de todo esto y que además los que más sufrían eran cientos de miles de niños que padecen hambre, frío, que tienen que salir a trabajar en vez de ir a la escuela como ustedes, que están mal alimentados...Los ricos, los patrones se esconden detrás de la policía y del ejército y no vacilan en encarcelar y matar a cualquier hombre o mujer que los enfrente, que se decida a pelearlos...Mamá está presa porque es una mujer honesta, fuerte y luchadora. Porque por hacer el bien no dudó en perder su bienestar, por buscar la felicidad de los hijos de todos los hombres de nuestro pueblo hoy ha perdido la felicidad de estar junto a sus queridas hijas...Les pido que cuando me escriban me den su opinión sobre sus maestras y sus compañeros. Cuéntenme también qué están estudiando, cómo tienen los cuadernos (me imagino que seguirán tan prolijos como antes). Además mándenme algunos dibujos hechos por ustedes...Hasta que yo pueda conseguir una buena casa para que vivamos juntos, ustedes van a estar ahí con los abuelos y los tíos. Lucila y Patri, tienen que recordar que ellos nos están ayudando, hasta que nosotros podamos reunirnos nuevamente, por eso deben ser respetuosas y no desobedecerles, cariñosas con ellos y ayudar a que la convivencia sea lo mejor posible. Bueno mis queridas, les mando un montón de besos y todo mi amor hacia ustedes...”, les escribió Norberto desde algún lugar del país.
Ellas, Lucila y Patricia, cada quince días empezaron a visitarla a la mamá en la cárcel de Villa Devoto.
-Yo no quería ir nunca. Me acuerdo de las colas, horas de colas frente a ese paredón tan grande. Un viejo de mierda te verdugueaba. Después las piezas, cruzar ese patio, un pasillo grande con bancos de madera, una escalera y la requisa de todo lo que llevabas. Te hacían desnudar, te tocaban. Yo tenía ocho años...Una vez fuimos para una Navidad. Nos dejaron entrar, fuimos a la celda. Me acuerdo que comimos con ella -contó Lucila.
En julio de 1975, Norberto las va a buscar a Santa Fe. Hacía meses que no lo veían. Les preguntó si querían quedarse con los abuelos o irse con él. Para las tres pibas fue la única posibilidad de haberlo conocido, de haber vivido con él. La familia no se lo perdonó. Se fueron con lo puesto. Ni tiempo para buscar algo de los abuelos. Ahora la nueva casa estaba en Flores, en la Capital Federal.
Por aquellos días, Norberto ya tenía otra compañera, Alejandra. También allí vivía otra compañera, sola y con dos hijos. En la pieza dormían los cinco chicos. En mayo de 1976 festejaron el cumpleaños de Patricia. Después la organización decidió un nuevo traslado, esta vez a Córdoba.
-Nos vamos un tiempito a la montaña, a La Falda. Me acuerdo cuando llegó la noticia de la muerte de Santucho. La imagen de mi papá llorando y diciendo que todo se había terminado. Es terrible cuando una criatura ve llorando a su papá.
Otra mudanza a una casa alejada del centro cordobés y el recuerdo de Lucila hace referencia a su padre armando un jardincito, sillas con cajones porque no tenían muebles hasta que se produjo el secuestro, el último.

-Lucila ayudame a vestir a tus hermanas que nos vamos -la despertó Alejandra, la compañera de Norberto Puyol, el papá de Lucila, Patricia y Manuela.
-Nos vamos porque tu papá nos llama -insistió Alejandra.
Era plena madrugada cordobesa. Eran los días previos al cumpleaños de Manuela del 6 de diciembre de 1976. Y otra vez el viaje interminable. Primero una casa de compañeros en Córdoba y después, en avión, a Buenos Aires. Del destino de Norberto se enteraron mucho después. Una cita que no se concretó, una ratonera y un tiro por la espalda. No fue llevado vivo a ningún centro clandestino cordobés. En los microfilms de la Policía Federal apareció un pedido de informe sobre un NN abatido. Desde Córdoba contestaron que era Puyol. Allí se contaba que fue muerto en un operativo de las fuerzas conjuntas el 3 de diciembre de 1976. Para Lucila todavía hay preguntas abiertas: ¿habrá pensado en la soledad de las tres hijas?. Sin embargo, a pesar del sufrimiento, cuando le contaron del asesinato pensó que eso era mejor a imaginar sufrimientos ilimitados en las sesiones de tortura.
La Navidad del `76 fue terrible. Alejandra dice que las chicas son hijas del partido. El lugar de residencia era Avellaneda. Hasta que de regreso de un viaje a Francia, Alejandra fue detenida.
-Un día escuchamos ruidos. Nos hicimos las dormidas. Nos levantamos a las diez de la mañana y nos dimos cuenta que no habíamos ido a la escuela. Cuando abrimos la puerta que daba a una escalera nos encontramos con un caos. Toda la casa revuelta, todo roto. No entendíamos nada. Pensamos que esas voces que escuchamos eran de los milicos. Evidentemente nos dejaron de señuelo para ver si alguien nos venía a buscar. Nos dejaron tres días solas. Nosotras íbamos a la escuela y la llevábamos a Manuela. Comimos un asado que había quedado del domingo, hicimos una sopa y llorábamos toda la noche. Tres días después llegan los milicos. Nos dicen una consigna: “El tío Osvaldo”, cuando yo pregunto quién es. Abro y eran los milicos. Nos empezaron a preguntar. Lucila Brizuela y mi papá, Santiago Brizuela, contesté. Ellos me contestaron que se llamaba Norberto Puyol Mántaras.
“Si lo sabe para qué me pregunta”, le respondí. Ahí uno de ellos se calienta y la agarra a Manuela y me dice: “No te hagás la viva conmigo. Tu hermana es muy bonita y muy chiquita”. Las tres estábamos en el sillón del living. Nos dijeron que llamemos a Santa Fe, a la casa de los abuelos.
-Llamá vos que son tan vivita. Y a ustedes las dejamos vivas para que cuenten de lo que somos capaces de hacer -me dijo.
Pudimos hablar con Santa Fe y nos vinieron a buscar. No llevamos nada, ni siquiera algunos dólares que estaban en la casa. El viaje fue en tren. Después se pusieron de acuerdo los abuelos de las dos familias y nos quedamos con los Puyol. Era mayo de 1977 -revivió Lucila.
Hoy, a 35 años de la muerte del Che, la hija de un revolucionario santafesino desaparecido es una de las referentes de más de un cuarto de millón de personas que decidieron pelear contra la indiferencia de la administración Reutemann y la prepotencia de las grandes empresas. Una hermosa gambeta a los proveedores de la muerte.















































Monday, September 23, 2002




II CONGRESO ARGENTINO DE LA CALIDAD EN EL LABORATORIO CLINICO
19 de Septiembre de 2002

Mas de 500 profesionales participaron del II Congreso Argentino de la Calidad en el laboratorio Clinico
Se elaboró un manual de normas de calidad común para todos los países de Latinoamérica

Con la participación de más de 500 profesionales de todo el país y de distintos países de Latinoamérica, se desarrolló en el complejo La Plaza el II Congreso Argentino de la Calidad en el Laboratorio Clínico. El encuentro fue organizado por la Fundación Bioquímica Argentina y contó con el auspicio de los Ministerios de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires y de varias facultades de Farmacia y Bioquímica, entre otras instituciones vinculadas al sector.
En la siguiente entrevista, realizada al finalizar el II Congreso, el doctor Norberto Cabutti, titular de la Fundación Bioquímica y de FABA (Federación Bioquímica de la provincia de Buenos Aires), y presidente del Comité Organizador del encuentro, explica por qué son importantes estas reuniones y brinda algunas precisiones sobre la realidad del sector bioquímico en relación a la calidad de sus servicios y de sus laboratorios, tanto en Argentina como en el resto de América Latina.
- Qué balance hace de este Congreso?.
- Creo que fue muy positivo y tuvo muy buena concurrencia, tanto el Congreso como los cursos. El encuentro contó con la participación de representantes de 15 países del área Latinoamericana, y el nivel de cursos, simposios y conferencias fue muy bueno, según la opinión de los participantes.
- Influyó la crisis en la concurrencia al Congreso?.
- Fuimos los primeros en sorprendernos ante la concurrencia a este encuentro, aún a pesar de la crisis. Inclusive estuvimos a punto de suspender la realización, pero decidimos encarar este desafío y felizmente nos fue bien.
- Qué novedad científica destacaría de todas las conocidas en el encuentro?.
- El encuentro sirvió para que los profesionales del sector pudieran plantear sus problemas de calidad y conocer más a fondo los alcances de nuestro programa de Evaluación de Calidad de los Laboratorios, que cuenta con la adhesión de 3.500 centros. También para conocer los últimos adelantos en materia de controles y para celebrar acuerdos con otros países para trabajar en forma conjunta.
- Se pudo elaborar un manual de normas de calidad común para todos los países de Latinoamérica?.
- Sí, y creo que fue lo más destacado del Congreso. La OPS y la Confederación Latinoamericana de Bioquímica Clínica (COLABIOCLI) elaboraron una guía para producir manuales de acreditación de laboratorios clínicos basado en el manual MA1 de la Fundación Bioquímica Argentina. Esto nos dio un respaldo internacional muy importante.
- Cómo están los laboratorios nacionales en materia de calidad en relación a los del resto de Latinoamérica?.
- Creo que están muy bien posicionados. Nosotros llevamos 15 años trabajando en evaluación externa y llevamos 8 años haciendo acreditación de laboratorios. Esto nos dio una ventaja fundamental, porque no hay ningún otro país en Latinoamérica en estas condiciones, ya que la mayoría recién está empezando este proceso.
- Cuántos laboratorios hay acreditados en el país?.
- Hay 1.200 laboratorios públicos y privados acreditados en todo el país. Esto nos posiciona muy bien, no sólo en relación a los países de Latinoamérica, sino también de Europa, que tiene menos laboratorios acreditados de los que hay en Argentina.
- Cómo está el programa de calidad de la Fundación y cuáles serán los pasos futuros?.
- Nos comprometemos a hacer otro Congreso en dos años. El año próximo tendremos encuentros regionales en los que participarán representantes de todas las provincias. Esto ya se está desarrollando y pensamos perfeccionarlo.
- Cuál es la actualidad del sector?.
- El sector está muy mal, con problemas de financiamiento y arancelarios, porque los insumos aumentaron, en promedio, un 90%, mientras que nuestros aranceles no aumentaron. Además, no tenemos ningún organismo interlocutor para tratar estos problemas, y las negociaciones tenemos que hacerlas obra social por obra social. Esto hace que tengamos escasa respuesta, más allá de la realidad de las obras sociales. Hay que comprender que el esfuerzo financiero se trasladó de las obras sociales a los prestadores, y esto nos preocupa.
Doctora Elba SuArez, titular de la COLABIOCLI (ConfederaciOn Latinoamericana de BioquImica ClInica)
“La COLABIOCLI está luchando por la integración en cuanto a la acreditación
de los laboratorios para mejorar la calidad de los servicios”

La doctora Elba Suárez es una reconocida bioquímica de República Dominicana, un país que junto a Argentina presenta un avanzado grado de desarrollo en materia de calidad de los laboratorios de análisis clínicos. Por esa razón fue elegida como titular de la COLABIOCLI (Confederación Latinoamericana de Bioquímica Clínica), una entidad que nuclea a las instituciones del sector del área de Latinoamérica y que según la opinión de su presidenta -hasta mayo de 2003- “está dispuesta a luchar para mejorar la calidad de los establecimientos y también las posibilidades de acceso de la gente a los mismos”.
- Qué balance hace de este Congreso?.
- El encuentro, como toda actividad científica, aportó para el desarrollo de todos los países latinoamericanos su parte científica y su parte gremial. En la COLABIOCLI estamos satisfechos con la concurrencia de 15 países de la región y con la posibilidad de conocer los últimos avances tecnológicos y científicos en el área de la bioquímica.
- Es uniforme el panorama del sector bioquímico de Latinoamérica?.
- Hay diferencias, pero las mismas no las marca el sector bioquímico sino la realidad económica de cada país y la actividad política que dirige los países. Pero en general, la COLABIOCLI está luchando por la integración en cuanto a la acreditación de los laboratorios para mejorar la calidad de los servicios.

Los recursos humanos
- Qué está pasando con los recursos humanos en relación a la calidad de los servicios?.
- Estamos impulsando con fuerza la certificación y recertificación de los recursos humanos para mejorar la calidad humana de los servicios en los laboratorios. Lo que estamos realizando en ese sentido es prometedor, porque tenemos un proyecto muy ambicioso que abarca todos estos componentes.
- Dadas las diferencias económicas que existen entre los países de la región, cree que todos podrán alcanzar los mismos niveles de calidad?.
- Quizás no en la misma dimensión unos que otros, porque hay una brecha muy grande entre la realidad económica de los distintos países de la región. Hay países muy pobres que jamás podrán ser comparados con países del Cono Sur, que han alcanzado un mayor desarrollo económico.
- Entonces qué pasa con la calidad de los servicios?.
- La calidad es necesaria en los países pobres tanto como en los ricos. Porque lo importante no es estar solamente desarrollado económicamente, sino tener la voluntad de que lo que se hace se haga bien, más allá de las circunstancias.
- En ese sentido, nota la misma actitud en todos los países de la región?.
- Todos los países de la región muestran muy buena disposición para trabajar en la mejora de la calidad de los laboratorios y los servicios.
- Las exigencias de los distintos países en materia de calidad son dispares?.
- No podemos crear una competencia, porque cada gobierno tiene su política sobre el tema. Cada gobierno prioriza lo que más le interesa, entonces no se puede establecer una comparación entre los distintos países, porque las políticas son distintas y varían, como así también las exigencias.
- Las exigencias en materia de calidad son superiores en el sector privado que en el Estado?.
- El sector privado tiene pautas y proyectos en materia de calidad que son superiores a las exigencias de los Estados en los distintos países. En todos los países de la región esperamos que las normas de calidad vengan de arriba hacia abajo, pero las expectativas se desbordan y las exigencias van de abajo hacia arriba.






Sunday, September 22, 2002

HORMIGAS

MANUEL VICENT



Si a Hitler no le hubieran suspendido su examen de ingreso en la Academia de Bellas Artes de Viena y en lugar de un artista fracasado hubiese sido un pintor de éxito probablemente no se habría producido la Segunda Guerra Mundial. En la tragedia griega el destino humano es un juego de dados que practican unos dioses ebrios. Los hombres no eran sino hormigas perplejas a merced de una fuerza misteriosa e insuperable. Pienso que no hay necesidad de interrogar al oráculo para saber a qué se deben las mayores desgracias de la humanidad, puesto que son algunas hormigas neuróticas las que alteran el sueño de los dioses. El destino es el carácter. Basta con que un político, un juez, un obispo o un militar sea un tipo vanidoso, frustrado, ambicioso, desconfiado, rencoroso, frívolo o simplemente estúpido para que estas pasiones vulgares en una partida de taberna, desorbitadas por el poder, lleven a una sociedad al cataclismo. Si vivimos en una economía de guerra es lógico pensar que la guerra es inevitable. La producción de armamentos cada vez más devastadores constituye el motor del desarrollo industrial norteamericano y la fuente de su hegemonía planetaria. Cuando los armarios ya están llenos, los propios misiles crean un enemigo. Pronto empezarán a llover sobre Irak. Ésta sería una pasión inexorable contra la que los hombres nada pueden hacer. No obstante, existe la duda de si en esta tragedia interviene más la fuerza del destino o el carácter violento, la inteligencia limitada, el orgullo vaquero de una simple hormiga como Bush. Por otra parte, ¿tendrá alguna relación el vientre impúdico de Sharon con la desgracia de los palestinos? Si en España el problema vasco dura ya casi dos siglos y las voces del coro dan vueltas de forma rítmica al escenario sin hallar remedio, se puede creer que esa pasión no tiene otra salida que la de seguir dando vueltas, según Esquilo, ya que sólo los dioses gobiernan la tragedia. Pero no es seguro que la suerte del País Vasco no dependa más de la dureza de mollera, del mal vino, de la vanidad, del empecinamiento de unas hormigas que se mueven en torno a este problema. Con mucha sabiduría, en el siglo XIX los políticos se dividían en moderados y exaltados. Entonces estaba claro que el destino de una sociedad dependía del carácter de sus gobernantes. Después de todo, un político, un juez, un obispo o un militar traslada al ejercicio del cargo las mismas pasiones que utiliza para jugar al tute o a la garrafina.






II CONGRESO ARGENTINO DE LA CALIDAD EN LABORATORIOS DE ANÁLISIS CLINICOS
19 de Septiembre de 2002

Mas de 500 profesionales participaron del II Congreso Argentino de la Calidad en el laboratorio Clinico
Se elaboró un manual de normas de calidad común para todos los países de Latinoamérica

Con la participación de más de 500 profesionales de todo el país y de distintos países de Latinoamérica, se desarrolló en el complejo La Plaza el II Congreso Argentino de la Calidad en el Laboratorio Clínico. El encuentro fue organizado por la Fundación Bioquímica Argentina y contó con el auspicio de los Ministerios de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires y de varias facultades de Farmacia y Bioquímica, entre otras instituciones vinculadas al sector.
En la siguiente entrevista, realizada al finalizar el II Congreso, el doctor Norberto Cabutti, titular de la Fundación Bioquímica y de FABA (Federación Bioquímica de la provincia de Buenos Aires), y presidente del Comité Organizador del encuentro, explica por qué son importantes estas reuniones y brinda algunas precisiones sobre la realidad del sector bioquímico en relación a la calidad de sus servicios y de sus laboratorios, tanto en Argentina como en el resto de América Latina.
- Qué balance hace de este Congreso?.
- Creo que fue muy positivo y tuvo muy buena concurrencia, tanto el Congreso como los cursos. El encuentro contó con la participación de representantes de 15 países del área Latinoamericana, y el nivel de cursos, simposios y conferencias fue muy bueno, según la opinión de los participantes.
- Influyó la crisis en la concurrencia al Congreso?.
- Fuimos los primeros en sorprendernos ante la concurrencia a este encuentro, aún a pesar de la crisis. Inclusive estuvimos a punto de suspender la realización, pero decidimos encarar este desafío y felizmente nos fue bien.
- Qué novedad científica destacaría de todas las conocidas en el encuentro?.
- El encuentro sirvió para que los profesionales del sector pudieran plantear sus problemas de calidad y conocer más a fondo los alcances de nuestro programa de Evaluación de Calidad de los Laboratorios, que cuenta con la adhesión de 3.500 centros. También para conocer los últimos adelantos en materia de controles y para celebrar acuerdos con otros países para trabajar en forma conjunta.
- Se pudo elaborar un manual de normas de calidad común para todos los países de Latinoamérica?.
- Sí, y creo que fue lo más destacado del Congreso. La OPS y la Confederación Latinoamericana de Bioquímica Clínica (COLABIOCLI) elaboraron una guía para producir manuales de acreditación de laboratorios clínicos basado en el manual MA1 de la Fundación Bioquímica Argentina. Esto nos dio un respaldo internacional muy importante.
- Cómo están los laboratorios nacionales en materia de calidad en relación a los del resto de Latinoamérica?.
- Creo que están muy bien posicionados. Nosotros llevamos 15 años trabajando en evaluación externa y llevamos 8 años haciendo acreditación de laboratorios. Esto nos dio una ventaja fundamental, porque no hay ningún otro país en Latinoamérica en estas condiciones, ya que la mayoría recién está empezando este proceso.
- Cuántos laboratorios hay acreditados en el país?.
- Hay 1.200 laboratorios públicos y privados acreditados en todo el país. Esto nos posiciona muy bien, no sólo en relación a los países de Latinoamérica, sino también de Europa, que tiene menos laboratorios acreditados de los que hay en Argentina.
- Cómo está el programa de calidad de la Fundación y cuáles serán los pasos futuros?.
- Nos comprometemos a hacer otro Congreso en dos años. El año próximo tendremos encuentros regionales en los que participarán representantes de todas las provincias. Esto ya se está desarrollando y pensamos perfeccionarlo.
- Cuál es la actualidad del sector?.
- El sector está muy mal, con problemas de financiamiento y arancelarios, porque los insumos aumentaron, en promedio, un 90%, mientras que nuestros aranceles no aumentaron. Además, no tenemos ningún organismo interlocutor para tratar estos problemas, y las negociaciones tenemos que hacerlas obra social por obra social. Esto hace que tengamos escasa respuesta, más allá de la realidad de las obras sociales. Hay que comprender que el esfuerzo financiero se trasladó de las obras sociales a los prestadores, y esto nos preocupa.
Doctora Elba SuArez, titular de la COLABIOCLI (ConfederaciOn Latinoamericana de BioquImica ClInica)
“La COLABIOCLI está luchando por la integración en cuanto a la acreditación
de los laboratorios para mejorar la calidad de los servicios”

La doctora Elba Suárez es una reconocida bioquímica de República Dominicana, un país que junto a Argentina presenta un avanzado grado de desarrollo en materia de calidad de los laboratorios de análisis clínicos. Por esa razón fue elegida como titular de la COLABIOCLI (Confederación Latinoamericana de Bioquímica Clínica), una entidad que nuclea a las instituciones del sector del área de Latinoamérica y que según la opinión de su presidenta -hasta mayo de 2003- “está dispuesta a luchar para mejorar la calidad de los establecimientos y también las posibilidades de acceso de la gente a los mismos”.
- Qué balance hace de este Congreso?.
- El encuentro, como toda actividad científica, aportó para el desarrollo de todos los países latinoamericanos su parte científica y su parte gremial. En la COLABIOCLI estamos satisfechos con la concurrencia de 15 países de la región y con la posibilidad de conocer los últimos avances tecnológicos y científicos en el área de la bioquímica.
- Es uniforme el panorama del sector bioquímico de Latinoamérica?.
- Hay diferencias, pero las mismas no las marca el sector bioquímico sino la realidad económica de cada país y la actividad política que dirige los países. Pero en general, la COLABIOCLI está luchando por la integración en cuanto a la acreditación de los laboratorios para mejorar la calidad de los servicios.

Los recursos humanos
- Qué está pasando con los recursos humanos en relación a la calidad de los servicios?.
- Estamos impulsando con fuerza la certificación y recertificación de los recursos humanos para mejorar la calidad humana de los servicios en los laboratorios. Lo que estamos realizando en ese sentido es prometedor, porque tenemos un proyecto muy ambicioso que abarca todos estos componentes.
- Dadas las diferencias económicas que existen entre los países de la región, cree que todos podrán alcanzar los mismos niveles de calidad?.
- Quizás no en la misma dimensión unos que otros, porque hay una brecha muy grande entre la realidad económica de los distintos países de la región. Hay países muy pobres que jamás podrán ser comparados con países del Cono Sur, que han alcanzado un mayor desarrollo económico.
- Entonces qué pasa con la calidad de los servicios?.
- La calidad es necesaria en los países pobres tanto como en los ricos. Porque lo importante no es estar solamente desarrollado económicamente, sino tener la voluntad de que lo que se hace se haga bien, más allá de las circunstancias.
- En ese sentido, nota la misma actitud en todos los países de la región?.
- Todos los países de la región muestran muy buena disposición para trabajar en la mejora de la calidad de los laboratorios y los servicios.
- Las exigencias de los distintos países en materia de calidad son dispares?.
- No podemos crear una competencia, porque cada gobierno tiene su política sobre el tema. Cada gobierno prioriza lo que más le interesa, entonces no se puede establecer una comparación entre los distintos países, porque las políticas son distintas y varían, como así también las exigencias.
- Las exigencias en materia de calidad son superiores en el sector privado que en el Estado?.
- El sector privado tiene pautas y proyectos en materia de calidad que son superiores a las exigencias de los Estados en los distintos países. En todos los países de la región esperamos que las normas de calidad vengan de arriba hacia abajo, pero las expectativas se desbordan y las exigencias van de abajo hacia arriba.






MORAL PRIVADA OBLIGATORIA


Algunas de las respuestas del Gobierno a las demandas planteadas por los avances científicos en materia de reproducción asistida y uso de células madre embrionarias para la investigación médica parecían ambiguas. Esa ambigüedad se ha disipado en las últimas semanas, y lo que se aprecia es una clara influencia de la Iglesia católica en su versión más retrógrada.

En la cumbre de Johanesburgo se debatió acerca de las medidas que habría que tomar para que las mujeres de todo el mundo, especialmente las de los países más pobres o aquellos en los que están más sometidas, tengan acceso a la salud sexual y reproductiva. España fue beligerante en la defensa de un texto que condicionaba dicho acceso a 'la conformidad con los valores culturales y religiosos', lo que pone el aborto, el uso de anticonceptivos o las relaciones sexuales libremente aceptadas en manos de los intérpretes de dichos valores, es decir, los clérigos, sean católicos, musulmanes o de otras confesiones. Y se opuso a que los únicos condicionantes fueran los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Al final, la coalición de países más conservadores, entre los que España y la Italia de Berlusconi jugaron un papel activo, impusieron la simple adición de ambas formulaciones. Una solución que parece satisfacer enormemente a nuestras autoridades, pero que es irrelevante porque los problemas surgen, precisamente, cuando hay contradicción entre los derechos humanos y los valores culturales y religiosos.

Más recientemente, el Gobierno español ha encabezado el grupo de países más conservadores de la Unión Europea para prohibir la investigación con células madre embrionarias y sobre clonación terapéutica, junto con el uso para investigación de los embriones sobrantes de los tratamientos de fertilidad asistida, más de 40.000 en España, congelados en un limbo de nitrógeno líquido con el que nadie sabe qué hacer. En este punto, el Gobierno hace caso omiso de las recomendaciones de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, que ha sugerido repetidas veces la conveniencia de cambiar el marco legal para adecuarse a los avances en la investigación médica y biológica, y las opiniones de la inmensa mayoría de los científicos. La ministra de Sanidad se permitió el miércoles pasado sugerir que estas opiniones son 'irresponsables' en la medida en que 'ocultan los riesgos'. Es absurdo dar lecciones de responsabilidad a científicos que conocen mejor que la ministra los riesgos que presenta la investigación que proponen, y también las expectativas que abre. Son tan responsables que han elaborado un protocolo detallado de condiciones que deben cumplir este tipo de investigaciones para minimizar los riesgos y optimizar sus ventajas. La ministra, por su parte, no nos dice qué piensa hacer con esos 40.000 embriones cuyo futuro previsible, de seguir por este camino, es la destrucción o el deterioro.

Más recientemente, ante el anuncio del nacimiento de un bebé a partir de un óvulo congelado de su madre, la reacción gubernamental ha sido la de amenazar con sanciones. La Ley de Reproducción Asistida de 1988 excluía el uso de óvulos congelados para la reproducción hasta tanto esta técnica fuera viable. En 1988 no lo era, pero parece que hoy lo es, de forma que cabría esperar una actitud más constructiva, en el sentido de estudiar la urgente modificación de una ley superada por la realidad científica. Si el Gobierno hubiera dedicado a impulsar la investigación la mitad del esfuerzo empleado en satisfacer las obsesiones de los sectores más retrógrados, muchos de los problemas que preocupan a la ministra ya estarían superados.

En resumen: se asiste a un alineamiento claro con el Vaticano y con los países y sectores más conservadores. El efecto es contraponer una moral particular, respetable, pero desde luego no indiscutible, al conjunto de una sociedad plural.



RESURRECCIONES

AUTOR: JORGE CONTI


Como dice Simone de Beauvoir despidiendo a Jean – Paul Sartre en “La ceremonia del adiós”, no se puede hablar con los muertos, salvo por medio de un artificio retórico por el cual, en realidad, estamos hablándole a los vivos.
Mi apuesta de hoy es más o menos lo mismo: nombrar a aquellos que desearíamos que volvieran a la vida, es jugar a suponer que eso es posible, pero en realidad es una manera de dar testimonio ante los vivos de cuánta falta nos hacen, o le hacen al mundo, los que no están.
Admitiendo que el misterio de la resurrección, según el mito cristiano, se produjo una sola vez y dejando a salvo la necesidad personal de volver a tener con nosotros a los seres cercanos que hemos perdido, hay personas que, por lo que han significado para la humanidad, quisiéramos que volvieran. Y aunque sabemos que eso no es posible, jugamos a imaginar que lo es, para decirle a nuestros contemporáneos “así eran las cosas y así deberían ser”.
Yo, por ejemplo, quisiera que estuviera vivo Charles Chaplin, y que esos realizadores cinematográficos que producen millonarias estupideces llenas de efectos especiales, aprendan que el cine puede ser divertido, conmovedor y atractivo con arte y contenido.
Me gustaría que estuviera vivo John Lennon, para que siguiera molestando a los que fomentan violencia en las Torres Gemelas, en Medio Oriente, en Irán o en Irak, o matan de hambre a millones en Rusia, Africa o Latinoamérica.
Es un sueño altamente conmovedor imaginar a Mariano Moreno, a Manuel Belgrano y a José de San Martín preguntándole a Videla, a Martínez de Hoz, a Cavallo, a Menem, a De La Rúa y a muchos otros qué es lo que han hecho con el país que ellos nos dejaron. Claro está que, sin dudas, a Moreno volverían a asesinarlo, a Belgrano lo sancionarían nuevamente y San Martín debería exiliarse otra vez.
También me gusta imaginar que volvemos a tener entre nosotros a Niní Marshall, a Minguito Tinguitella, a Alberto Olmedo, a Biondi, para que nuestra televisión se avergüence –si es que puede sentir vergüenza –de su falta de creatividad, de su aburrimiento, de su grosería y de su falta de respeto.
Porqué no pensar en el retorno de Ernesto Guevara, no más para que observe cómo andan las cosas en el mundo y diga en qué se equivocaron él y aquella generación que lo tomó como bandera... y en qué no se equivocaron.
Cuando Roque Fernández dijo que todo lo que sabía no lo había aprendido en las universidades argentinas, cuánto me hubiera gustado que estuvieran allí Gabriel del Mazzo, Pablo Brillaud, Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo, Bernardo Houssay, para que le dieran el sopapo que no se animaron a darle muchos de los condescendientes políticos que lo escucharon.
También quisiera que volviera con nosotros Antonio Di Benedetto, para que escribiera los libros que no pudo escribir, por culpa de la patada que un valiente suboficial del Ejército Argentino le dio en la cabeza, estando secuestrado por la dictadura.
¿Y si viéramos a los generales Savio y Moscóni viajando juntos a Anillaco, a pedirle cuentas a cierto sujeto, mientras preparaba su boda, qué tal?.
¿Qué les diría el poeta Walt Whitman a los norteamericanos de hoy, llenos hasta reventar de hamburguesas y papas fritas de los “fast food”?.
En este sueño imposible que acepto soñar nada más que para estimular nuestra vigilia, imagino vivos, por ejemplo, a Fred Mércury, a Walter Mathau del brazo con Jack Lemon, a Roberto Goyeneche, a Alejandra Pizzarnik, a Enrique Santos Discépolo, a Stan Laurel y Oliver Hardy, a Laureano Maradona, a Juan L. Ortiz, a Janis Joplin, porque fueron la sal de la tierra en este mundo que nos tocó vivir.
Me detengo: faltan muchos nombres, pero el juego se termina. Veo que conduce a una fantasía mayor: la de que es posible evocar al pasado para corregir el presente. Ellos fueron responsables de su época y nosotros somos responsables de la nuestra, tenemos que ocuparla. Jugar a que es posible volverlos a la vida, es una manera de admitir que no nos hemos hecho cargo ni de su herencia, ni de la que debemos dejar para el futuro.
Sin embargo, de todos ellos, de los que he nombrado y de una multitud imposible de nombrar, hemos heredado inteligencia, alegría, sabiduría, lucidez, rebeldía, belleza, diversión, conocimientos. Y es en esa herencia que ellos están vivos y es allí donde tenemos que buscarlos cada vez que los necesitemos.







































LA RECUPERACION ARGENTINA SEGÚN STIGLITZ



Por Joseph E. Stiglitz Premio Nobel de Economía de 2001.
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Se pueden ver los primeros indicios de la recuperación de Argentina. Para muchos, lo que sucedió y lo que está sucediendo en ese país es un misterio. Se suponía que abandonar la 'convertibilidad', o sea, un sistema de tipos de cambio fijos, iba a ser un desastre, y lo fue. La producción cayó y el desempleo aumentó drásticamente. El temor a estos costes, combinado con las ayudas del Fondo Monetario Internacional (FMI), impidió a la Argentina abandonar su plan de conversión hasta mucho después de que hubiera quedado claro que el sistema no podía mantenerse. Esta obstinación empeoró las cosas cuando todo se desmoronó.

Pero lo que mantuvo a la Argentina unida a un sistema que no podía funcionar fue fundamentalmente el miedo a la hiperinflación. Cuando preguntaba a la gente, durante mis visitas a Buenos Aires, por qué Argentina insistía en este desatino económico, me daban una única respuesta: 'Sí, cuando Brasil abandonó el cambio fijo, su inflación permaneció moderada; pero Brasil es Brasil, y nosotros somos Argentina'. Había casi orgullo en la falta de confianza que el pueblo tenía en sus instituciones y en su capacidad para administrar sin los grilletes de la convertibilidad.

Hasta el momento, la temida hiperinflación no se ha materializado. Naturalmente, se ha producido la inflación normal asociada a los fuertes aumentos en los precios de las importaciones que siempre siguen a las grandes devaluaciones, pero en vez de desencadenar una espiral de subidas de los precios, parece que las tasas de inflación aminoran. Argentina parece dispuesta a unirse a la larga lista de países -Brasil, Corea, Rusia, Tailandia e Indonesia- que controlaron las devaluaciones sin que se disparase la inflación.

Para un economista, la recuperación de Argentina no es ninguna sorpresa. La devaluación estimula varias fuerzas restauradoras. Las exportaciones son más baratas, y los ingresos derivados de las exportaciones (medidos en pesos) han aumentado espectacularmente. El turismo y las industrias relacionadas están en pleno auge. La sustitución de las importaciones salta a la vista: una tienda de ropa que el año pasado sólo vendía prendas importadas, ahora vende exclusivamente bienes de producción nacional.

Al igual que en Asia oriental después de su crisis en 1998, lo que inhibe a estas fuerzas restauradoras es la falta de crédito. Se suponía que la propiedad extranjera de los bancos acudiría al rescate de sus filiales argentinas si éstas necesitaban dinero. Y que los depósitos en las sucursales de bancos estadounidenses en Buenos Aires estarían tan seguros como los depósitos en Miami. Desgraciadamente, los depositarios se encontraron con todo lo contrario.

Por otro lado, los bancos extranjeros siempre se quedaban cortos a la hora de garantizar una oferta adecuada de crédito a las pequeñas y medianas empresas argentinas. Esta falta de crédito ahogó el crecimiento, lo que contribuyó a los males económicos del país; y ahora el crédito prácticamente se ha secado.

Naturalmente, algunos bancos nacionales continúan ofreciendo créditos. Pero para sostener la recuperación, se tiene que aumentar el crédito, bien creando nuevas instituciones financieras o ampliando las que ya hay. En este sentido, las cooperativas de crédito pueden resultar especialmente importantes si tenemos en cuenta la aparente falta de confianza en el sector bancario más tradicional. También hay que reanimar urgentemente el crédito comercial: su importancia se reconoció a principios de la crisis del Asia oriental, donde Japón, haciendo un gesto de buen vecino, proporcionó a través de la iniciativa Miyazawa 30.000 millones de dólares, gran parte de los cuales se destinaron a financiar el crédito comercial y a ayudar a reactivar la economía.

La cuestión es sencilla: los verdaderos recursos de Argentina -su gente, con su enorme talento y capacidad, su tierra fértil, sus bienes capitales- siguen ahí. Lo que la economía necesita es una reactivación, y la política del Gobierno debe centrarse en esta tarea. Si el sector privado no puede mejorar la disponibilidad de crédito por sí solo, y ningún buen vecino da un paso para echarle una mano, como hizo Japón en el Asia oriental, el Gobierno debe desempeñar un papel más activo a la hora de reestructurar las instituciones de crédito existentes y también crear algunas nuevas.

¿Creará unos niveles peligrosos de inflación la participación del Gobierno en la provisión de créditos? Dirigir el crédito para aumentar la oferta de mercancías no tiene por qué disparar la inflación; por el contrario, el aumento de la oferta de artículos de producción nacional podría ser un instrumento eficaz para combatirla.

Una contabilidad congruente, en la que se separen los gastos para recapitalizar a los bancos de los gastos ordinarios, como los que se necesitan para dirigir hospitales y colegios, dejaría claro que estos gastos no son en sí inflacionarios. Lo único que podría resultar inflacionario es la necesaria expansión del crédito que esos gastos permiten. En una economía con enormes problemas, en la que los recursos están infrautilizados y aquejada de una falta masiva de crédito, una modesta expansión de éste no llevaría de hecho a un aumento de la inflación.

Si centramos la atención en la reactivación, queda claro por qué los créditos del FMI están mal encaminados. Estos créditos se emplearán para devolver el dinero al FMI, no para reactivar la economía. Supuestamente, el crédito del FMI 'restaurará la confianza' en la economía, pero el que lo haga depende de las condiciones que se impongan. Si el FMI impone una contracción fiscal o una estrategia mal encaminada para reestructurar el sector financiero (como hizo en Indonesia), entonces la economía se verá debilitada y esto desembocará en una erosión adicional de la confianza.

Si, por el contrario, el crédito del FMI se obtiene según unas condiciones razonables, su contribución será positiva. Pero no será una panacea. De hecho, el crédito del FMI no servirá de mucho a la hora de resolver los problemas económicos clave, excepto en la medida en que libere dinero de otras fuentes internacionales y esos fondos se empleen para reactivar la economía.

La comunidad internacional puede ayudar a la Argentina abriendo sus puertas a las mercancías de ese país, tomándose la retórica del libre comercio en serio y reconociendo que el comercio puede ser un instrumento importante no sólo para el crecimiento a largo plazo, sino también para la recuperación económica. Las exportaciones contribuirán a reactivar la economía argentina, mientras que los consumidores de Europa y EEUU se beneficiarán de unos productos de buena calidad a precios más bajos. Esta es una forma de hacer que la globalización funcione en beneficio de los necesitados.






















Wednesday, September 18, 2002

EL CUCO PUNTANO
Por Luis Sicilia

Adolfo Rodríguez Saá se ha convertido en el centro de la atención pública,
superando a los más emblemáticos líderes de la política criolla. Ya es figura
dominante en un escenario donde abunda la confusión, el desencuentro, los
discursos delirantes y las trampas. Todos hablan de este hombre para elogiarlo,
crucificarlo o tomarlo a la chacota. A él los ataques lo tienen sin cuidado y
arremete con propuestas que inquietan al establishment y a la embajada
norteamericana en Buenos Aires. Hugo Toledo, un operador muy cercano al
presidente Duhalde, acaba de afirmar que "el Adolfo no pasa el filtro de
sectores de poder de los Estados Unidos".
El puntano es una especie de cuco rural de sonrisa estereotipada, un
populista tardío afecto a la vulgata política, pero cuya candidatura
presidencial encabeza las encuestas. La cuestión de su popularidad es tan
creciente que los menemistas anunciaron eufóricos que el ex presidente "superó
con sus dos últimos actos la concurrencia de los seguidores del puntano en el
Luna Park". Si no fuese tan dramática la situación del país podría decirse que
esta puja por los votos y la imagen entre Menem y Rodríguez Saá es un sainete de
cuarta.
De hecho, ambos candidatos del PJ se reparten la torta. Menem -que insiste en
ignorar el escándalo de sus supuestas cuentas suizas- promete recrear las
relaciones carnales con Washington y Rodríguez Saá reitera su hostilidad verbal
contra el FMI. El primero asegura que al país le conviene consolidar la "alianza
estratégica" con los Estados Unidos, atender los consejos del FMI, archivando el
Mercosur y adhiriendo al ALCA, en tanto el puntano cita a Joseph Stiglitz,
ganador del premio Nobel de Economía en 2001, para fundamentar su postura
opuesta: "enfocar la futura reactivación económica de la Argentina en los
créditos del FMI es un error, porque esos créditos servirán sólo para pagar las
deudas con el FMI".
Los que consideran de alto riesgo político la entronización de Rodríguez Saá
en la opinión pública agregan que su crecimiento no tiene nada que ver con la
elaboración de una fórmula electoral sensata y responsable. No sería un voto
fruto de la reflexión sino de la protesta ciega, del rechazo al pasado y a la
agudización de la crisis. Bien mirado, esto no debería ser en desmedro del
candidato. Todo lo contrario ¿qué otro discurso encaja en un escenario
endiabladamente peligroso, donde lo que predomina es la expansión del hambre y
la recesión?.
Los datos de esa crisis son de temer: la caída del PBI durante el primer
semestre llega al 15 por ciento, la más profunda de la historia argentina si se
tiene en cuenta que en los años 30 llegó al 13 por ciento sólo en un trimestre.
Según los datos del INDEC, la canasta familiar básica subió un 85 por ciento. El
54 por ciento de la población está por debajo de la línea de pobreza y el l6 por
ciento está en pobreza extrema o indigencia , un flagelo que, según la esposa
del presidente interino, ha sido "derrotado" por su marido. De mantenerse esta
tendencia, hacia fines de año más del 60 por ciento de los argentinos estará por
debajo del nivel de pobreza extrema, y el 20 por ciento vivirá en la indigencia
o pobreza extrema, mientras que la suma de desempleo y subempleo habrá superado
el 50 por ciento.
La otra cara de esa moneda -dicen los que promocionan sensatez y
responsabilidad en los candidatos-, tiene que ver con la presunta distancia que
existe entre las promesas discursivas del puntano para resolver los problemas
señalados, y la posibilidades reales de ejecutarlas. Desde ese punto de vista se
concluye que el discurso demagógico del puntano y la realidad contrapuesta de
una crisis que está haciendo metástasis sólo presagia el caos social.
Claro que al cuco hay que mantenerlo de pie, proveer a la opinión pública de
elementos que lo hagan cada vez más cuco. Circulan "informes reservados",
algunos de los cuales "trascienden a la prensa" donde se lo asocia al venezolano
Chávez, al montonerismo redivivo, a los carapintada, al propósito de romper con
el Fondo y buscar una tercera vía que recalaría en la descabellada propuesta de
"vivir con lo nuestro", e incluso a su presunta intención de meter presos a
Menem y a Duhalde, a los que en estos días los une el espanto de esa pesadilla
llamada "El Adolfo".
En tanto no se produzca el milagro del ingreso al redil electoral del hijo
prodigo de la derecha lúcida, sensata y responsable, Carlos Reutemann, el
fantasma del puntano sobrevuela esta historia de internismos partidarios y
candidaturas disparatadas. Es hasta probable que los desgastados Duhalde y Menem
dejen de lado sus rencillas a la hora de impedir que El Adolfo se los fagocite.
Incluso en ese tatetí juega un papel clave José Manuel de la Sota, al extremo de
poder convertirse, eventualmente, en el candidato de la concordia. Entonces sí,
que tiemble el cuco puntano. Un remate de lujo para el culebrón.



Friday, September 13, 2002

ENTRE LA CAUSALIDAD Y LA CASUALIDAD

Miguel Seipel


Nada de lo que ocurre en la Argentina es producto del azar,
es decir ni por casualidad esto obedece a fuerzas mágicas ni
intergalácticas.
Quien haya vivido en la Argentina más de cuatro lustros, no
puede soslayar haber recibido una educación occidental y
cristiana. Quiero significar con esto, que cuando uno
realizaba cualquier acto privado o público, en primer lugar
no hacia más que poner atención en la voz de la conciencia
para escrutar de su bondad o malicia.
Este simple hecho, de deliberar y juzgar interiormente,
estaba reñido con las buenas costumbres, que nuestros
mayores marcaban en carácter de débito. No obstante esta
intuición natural para algunos, para otros eran exigencias
sobrenaturales.
Quiero significar, que no solo las
instituciones profanas sino también las religiosas, e
indudablemente la familia que interactuaba con las primeras
dando todo apoyo para continuar con una educación sobre todo
en las virtudes, como escalón necesario para el logro de los
valores, participaban subsidiariamente y solidariamente
todas para la formación integral de la persona humana. De
esta forma todo apuntaba al mérito, pero este mérito no solo
tenía ribetes naturales, sino también sobrenaturales, que en
definitiva no era más que escalar desde la inmanencia hacia
la trascendencia, instrumentando este paso con la virtud de
la magnanimidad, que junto a la humildad su fiel servidora,
hacían del ser hombre arquetipos de la heroicidad, sabiduría
y santidad.
Hago esta breve introducción para mostrar que la vida del
hombre estaba plenamente signada de valores, sobre todo los
honestos.
Hoy, el hombre ha pegado un giro copernicano, por empezar no
existe un más allá, sino un sensible más acá. En otras
palabras la pérdida de la visión sobrenatural, ha hecho
que el hombre se relacione queriendo y amando todo aquello
que le brinda una utilidad. Una forma muy sencilla de
penetrar el mundo de lo sensible, poniendo todo lo que posee
al servicio de lo palmario, de lo concreto, de lo palpable y
verificable. Este nombrar todo aquello que impregna los
sentidos, no es ni más ni menos que el viejo nominalismo
remozado.
Al menos de esta manera podemos mostrar, que las relaciones
se tornan más difíciles entre los congéneres, porque si hay
algo que nos diferencia es lo singular, y hoy esto se toma como
Patrón de medida y de norma.
Por el contrario antes nos unían cuestiones universales y
perennes, era una participación de todos los singulares en
el universus, de donde se seguía un orden cosmológico de las
cosas. Valga una frase del Aquinatense al respecto: "orden
es lo mejor que las cosas pueden tener, porque es la
armónica y sinfónica disposición de las partes al servicio
del todo".

Es evidente que este caos nominalista generado aviesamente,
es la causa de tanto trauma, tanta discordia, tanto
sufrimiento, tanta injusticia y sobre todo tanta felonía.
Y esta causa que se la quiere hacer pasar por casualidad,
contingencia, accidente, devenir y por ventura, no es nada
más ni nada menos, que la causa elegida por los traidores de
lesa patria, que encima nos quieren enrostrar tamaña
responsabilidad e imputabilidad.
Pero la Patria resurgirá como el ave fénix de las cenizas
dejadas en herencia por esta chusma politiquera y corrupta,
y no seremos nosotros quienes los juzgaremos, nuestra
prudencia nos indica como otrora que son malas personas, la
historia se encargará de juzgarlos, y su mérito será
anatema.
A nosotros Argentinos nos queda la tarea de reconquistar la
herencia cultural y religiosa, la comunidad política y sobre
todo la justicia social. Si bien nosotros ya no veremos los
frutos, seguro estemos que estas causas honestas serán
condignas.




Thursday, September 12, 2002




PARA TRATAR DE PENSAR LOS MECANISMOS QUE PRODUCEN SUBJETIVIDAD BAJO LA “SITUACION CORRUPTA”

Sobre la función del testigo y la corrupción “radiactiva” Una situación corrupta propicia determinadas subjetividades: está quien se adapta a las ofertas de una ley quebrantada, pero también quien se sitúa en el –riesgoso– lugar del testigo. Pero, además, la situación producirá efectos inauditos en todos los miembros de la comunidad: para volver a pensarlos, la autora propone un concepto nuevo “imposición radiactiva”.

Por Janine Puget *

La “situación corrupta” obtiene su consistencia proponiendo reglas capaces de ser modificadas por decisiones singulares de los miembros de ese conjunto: lo que podemos llamar su problema es cómo robar mejor. Se superpone al contexto de legalidad como si se trataran de lo mismo pero en realidad se instala a la sombra de la Ley. Se confunden reglas y ley. Propone su propia lógica. En ella hay lugar para la irrupción de una subjetividad singular que depende de la particular interpretación de las reglas. Por ejemplo, un policía tiene la orden de no permitir que se produzcan desmanes. Entonces, ya es él quien decidirá lo que es un desmán según su buen saber y entender, y qué entiende por no permitir, lo cual puede incluir el cobro de coimas.
Sobran ejemplos. Las decisiones singulares son de extrema fragilidad en la medida que dependen de una ética de situación que determina sus propias reglas. Pero la situación corrupta es de extrema solidez, dada por reglas secretas.
No toda decisión singular en una situación corrupta es del mismo orden. Quien habita una situación corrupta puede crear un nuevo espacio inventando –a sus riesgos– un nuevo personaje, y uno de los que considero paradigmático es el del testigo. Este piensa y actúa desde adentro, lo que le obliga a ser otro, inaugurando un adentro-afuera: pertenece a la escena y simultáneamente puede hablar en ella y de ella. Hay que diferenciarlo de quien es mero espectador.
Saberse nuevo personaje no es sin costo, ya que en algún sentido es una respuesta a una imposición, la que impone el contexto corrupto, y exige tomar contacto con un sí mismo desconocido.
La institución del testigo es una figura fundamental que da un nuevo sentido a una situación que se autoalimenta. Porque el testigo es quien nombra –aunque el nombre sea incompleto– una versión de aquello que está mirando pero no viviendo. Es una creación basada en la imposición de alteridad y no en lo que se entiende por identificación. El testigo deberá ir acotando la situación.
Me sirve de base para pensar la figura del testigo aquel personaje que, en los campos de concentración, se llamó “El Musulmán”, así denominado porque adoptaba la posición encorvada de los musulmanes al rezar: en los campos, estas personas ya no tenían lenguaje, habían sido reducidos a una suerte de condición biológica. Otros autores piensan que “Musulmán” era en ese contexto una manera de denominar al sujeto exilado de su propia comunidad. En todo caso, si se sabe de ellos es por la función de los testigos como Primo Levi y tantos otros que pasaron por los campos de concentración y narraron que aquellas personas habían existido. El testigo sólo dice lo que ve; el testigo mira, tiene un cierto saber, piensa, opina, decide y su posición es de otro, de alter.
Otro tema es el que se refiere a los actos corruptos. Una gran parte de la población se entera o tiene un cierto saber referido a la producción de actos corruptos realizados por personas o entidades. Estos actos, hablados por los medios de difusión o por comentarios generales, nos ubican como espectadores, por lo cual con cierta distancia de los actos que toman la cualidad de ajenos sin que sea fácil hacer consciente lo que en sí misma van imponiendo. El espectador al mirar desde afuera cree no participar en el sentido de formar parte. Mientras que el testigo es un personaje que da una nueva vida a aquello que mira.
Es penoso admitir que al habitar un contexto corrupto intervienen mecanismos de imposición y de incorporación, mimetización e identificación inconsciente con modalidades correspondientes a los valores del conjunto (ver más abajo).
Vivir en un contexto corrupto no es trivial. Cuando en el consultorio el material de un paciente tiene que ver con habitar una situación corrupta, me he encontrado muchas veces sin palabras. ¿Qué entiendo por sin palabras? Simplemente que me es difícil pensar como intervenir si no es denunciando, acusando, o tan sólo recortando la situación como diferente de otras. Otra posibilidad lleva a decidir que no es un material analizable y que tan sólo serán analizables las ansiedades y conflictos éticos que despierta en el paciente. En realidad, lo que sucede es que nos enfrenta ante un dilema ético de difícil solución. La ilegalidad exige reglas que sólo tienen vigencia para quienes las proponen. Y para nosotros se agrega la falta de teorías, o sea de orden, para tratar el tema. No existe referente seguro que guíe nuestro posicionamiento y el de los pacientes ante situaciones corruptas.
Radiactividades
Las reflexiones acerca de situaciones sociales violentas y situaciones corruptas me han llevado a volver a pensar en distintos mecanismos de transmisión inconsciente no contemplados habitualmente en la teoría. Uno de ellos es lo que llamo identificación radiactiva y el otro imposición radiactiva.
El concepto de identificación radiactiva fue utilizado por Yolanda Gampel para comprender los fenómenos causados por el Holocausto en la segunda y tercera generación. Es una identificación que salta de generación en generación sin que se sepa cómo. El hecho es que, en descendientes víctimas del Holocausto, se detectan signos vinculados con la Shoah, sin que esté claro el mecanismo. Si estuviera claro, se trataría de una identificación transgeneracional, pero no. Como los efectos de la radiactividad, éste no opera en forma lineal ni previsible. Es aleatorio, opera por saltos. Se dirige hacia cualquier parte y, como la radiactividad, es nocivo aunque, como la radiactividad, tal vez pueda tener distintos usos.
La imposición radiactiva –que propongo por mi parte– se refiere a un vínculo donde el otro crea “efectos de presencia”. En todo vínculo entre sujetos, además de las identificaciones, se crean efectos de presencia: cada uno de ellos impone su presencia al otro y lo descoloca de su organización psíquica. En una conversación puede suceder esto: el que trasmite un concepto, al “metérselo en la cabeza” al otro le impone un cierto grado de desorganización psíquica; el otro a su vez, al hacerle preguntas al primero, produce el mismo efecto.
Necesitamos un concepto que dé cuenta de efectos a distancia, que atraviesan a los conjuntos y a cada sujeto sin seguir una linealidad, relacionados con eventos impuestos desde una exterioridad, que provienen de algún lugar no discernible y que no siguen los patrones habituales de comunicación; esos atravesamientos no determinan necesariamente una identificación, o sea una modificación del yo.
Estamos expuestos a otros efectos que producen atravesamiento radioactivo, que no sabemos cuándo ni cómo llegan ni cómo nos atraviesan y que originan nuevas organizaciones. Hay efectos que dejan identificaciones y otros que determinan desorganizaciones sorpresivas y fugaces, produciendo modificaciones de la pertenencia a lo social.
El término “radiactivo” debiera ser una metáfora que nos permita pensar en una trayectoria que no sigue los patrones habituales y que tanto puede generar catástrofes de distinto tipo como beneficios también muy variados. Sin embargo, es difícil saberse portador de efectos invisibles sin que ello implique ni culpa ni responsabilidad.
Muchos son los síntomas detectables de ambos mecanismos: por ejemplo la repetición de términos que se instauran como representativos de ese momento y que provienen de instituidos por los medios masivos de comunicación, que proponen un especie de prêt-à-porter. O comportamientosque no pueden ser explicados en función de la historia de un sujeto o de un grupo. Otro dato a tener en cuenta es cómo las noticias son escuchadas en función del contexto en el que cobran sentido. Por ejemplo, una noticia se inscribe según el colectivo que la produjo. Una persona que vive en un país en conflicto pero estuvo alejada durante un tiempo relataba que al llegar allí experimentó efectos imposibles de poner en palabras con personas que viven fuera de ese colectivo específico; todo era nuevo.
Las situaciones que se plantean en el mundo que nos rodea también tienen un efecto de imposición radiactiva: se nos imponen sin que sepamos cómo. Por ejemplo, los eventos de violencia en la vida diaria. El secuestro y muerte de Diego Peralta, por ejemplo, a través de los medios de comunicación, impondrá, ya impone a mi organización psíquica algo que no puedo prever; a cada uno de nosotros nos desorganiza y reorganiza el psiquismo sin que sepamos cómo. No es exactamente una identificación. No es que vayamos a entrar en duelo como la familia, o a matar, identificados con el agresor. Es un efecto pero imprevisible, inasible.

* Miembro titular de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (Apdeba). Texto preparado a partir de un trabajo presentado en las Jornadas “Piera Aulagnier. Un pensamiento original”, agosto del 2002.